Abraham Quintanilla La Serie

Bun Alonso
4 min readDec 8, 2020

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Se ha estrenado la primera temporada de la serie que Netflix preparó sobre Selena y pude verla gracias a que mi amiwi la Brenda me prestó su cuenta (gracias, Lomi, chtm). Así que aquí va un breve comentario.

La serie es una versión autorizada por la familia donde Suzette Quintanilla, la hermana, aparece como productora ejecutiva. Que la familia haya estado involucrada se nota. Pues parece un lavado de imagen para Abraham Quintanilla, el padre. El personaje eje de esta primera temporada es él y no Selena. Y se presenta como un hombre que siempre tuvo la palabra adecuada, el gesto preciso, la sonrisa perfecta, la mirada constante, ojalá pase algo que te borre de pronto… oh chingao, ya me perdí. Lo que quería decir es que el personaje del padre desborda en sabiduría motivacional a cada mínima provocación. A su esposa, a sus hijos, a todos siempre tiene algo profundo que decirles.

De lo que más adolece la temporada es que no hay un conflicto real. El guion está tan preocupado por hacer quedar a Abraham como el padre estricto pero amoroso que siempre tiene las palabras perfectas para motivar a su familia que se olvida de plantear dicho conflicto en la historia. Ya sea un conflicto moral, uno de carácter psicológico de los personajes o yo qué sé. Lo que más se acerca a uno es el constate deseo de grabar un disco en inglés y la constante negativa de la disquera. Incluso el tema de ser mujer en un ambiente comúnmente dominado por hombres queda reducido a unos diálogos en el mismo tono motivador que la cantante tejana Laura Canales le da a Selena en el baño de los Texano Music Awards — esa palabrería motivacional que se da por costales en toda la temporada.

Y la madre de los Quintanilla también ha sido contagiada. En una escena se encuentra con su hijo A.B. en un estudio de grabación, quien ha estado trabajando duro en nuevas composiciones.

— A.B., escúchame — dice la madre — , nuestro camino hasta aquí no ha sido perfecto. Ha sido un camino caótico.

— A veces muy caótico — responde A.B.

— E hicimos algo bueno con el caos. Ve a casa con tu familia. Eso es importante.

Después le besa la frente. Y sale de la escena: su misión aleccionadora está cumplida. No es fácil predecir que la siguiente escena es de A.B. llegando a casa con su recién parida esposa, tal como su madre se lo aconsejó. Para entonces protagonizar otra escena igual de melosa: A.B. se lamenta de haber estado alejado de ella y de su bebé por las giras y grabaciones. Entonces la bebé llora y hay que cambiarle el pañal, a lo que él, buen padre mediante, se ofrece a hacerlo.

— ¿En serio? — dice la esposa — Puede ser un caos.

— Como todo, ¿no?

Y voilà. Tenemos un final redondo para ese par de escenas.

En otra escena, la familia y la banda está reunida frente a un televisor para ver un programa en donde ha participado Selena y Los Dinos. A.B. pregunta a su padre sobre cómo va la venta del disco. Pero Abraham Quintanilla evade la pregunta:

— Entre este disco y el siguiente está el momento crucial. El futuro está a un paso y casi podemos tocarlo…

Vaya, el tipo parece que no puede responder una simple pregunta sin sentir esa necesidad extrema de dar peroratas motivacionales. De no haber tenido éxito con la banda que hizo formar a sus hijos, seguro que se embolsaba unos buenos billetes como conferencista de pláticas de superación personal.

Para el episodio ocho — y penúltimo — la serie ya está hecha un esperpento de momentos de moraleja. Se suceden unos tras otros. Otro ejemplo: cuando Pete Astudillo, músico y vocalista de apoyo de Selena, le anuncia al patriarca Abraham que dejará la banda porque la disquera le ha propuesto grabarlo como solista, el padre Quintanilla no desaprovecha la oportunidad:

— El éxito de Selena se convirtió en tu éxito. Y así es como debe ser. Nuevas ramas nacen del árbol. Estoy orgulloso de ti.

— Tú eres el árbol — le responde Pete.

Incluso hay más protagonismo en A.B. Quintanilla quien, en el último capítulo, carga con la presión de la inminente salida de la banda de Pete Astudillo, del romance secreto de su hermana y Chris y con la responsabilidad de componer más éxitos para conseguir un disco de platino y así la disquera los deje grabar el añorado disco en inglés. Es lo más cercano que hay en la trama a un nudo argumental. Pero no lo explotan y tan sólo queda en una buena secuencia con algo de tensión rumbo al final de la temporada.

Resulta obvio que se quiso presentar como protagonista a la familia Quintanilla y no a Selena en sí. Y no está mal. Pero esta primera entrega se ha quedado como una temporada piloto. En la segunda debe venir lo bueno.

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Bun Alonso
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Written by Bun Alonso

Escribo. Autor de "Le nacimos como un lunar al mundo" (Buenos Aires Poetry, 2022). Coord. editorial en www.heridasabiertas.com bunalonso.blogspot.com

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